Consumir demasiada azúcar cuando tienes diabetes puede hacer que tus niveles de glucosa en sangre se disparen, y rápido. No es el fin del mundo, pero tampoco es algo para tomar a la ligera. El azúcar añadido es el enemigo silencioso de cualquier persona con diabetes, ya sea tipo 1 o 2.
Lo primero: no entres en pánico. Sí, comiste ese pastel. Y no, no puedes retroceder el tiempo.
El jarabe de maíz alto en fructosa no es tu amigo. Nunca lo ha sido. ¿Esas bebidas azucaradas que parecen tan inocentes? Bombas de glucosa. Los alimentos procesados esconden azúcares donde menos te lo esperas.
Incluso esa «saludable» salsa para pasta puede estar saboteando tus esfuerzos. La clave está en la respuesta inmediata.
Controla tus niveles de glucosa en sangre. Anótalos. Bebe agua, mucha agua. El ejercicio moderado—caminar, no correr un maratón—puede ayudar a que tu cuerpo utilice ese exceso de azúcar. El ejercicio matutino reduce el riesgo de diabetes en un 10% cuando se realiza de manera constante. Nada de culparse a uno mismo. Eso no baja el azúcar en sangre.
Los carbohidratos complejos y las grasas saludables son tus aliados para las próximas comidas. Equilibran. Estabilizan. Funcionan. A diferencia de esa dona que te está mirando desde la vitrina.
La Asociación Americana de Diabetes recomienda opciones sin azúcar cuando sea posible. Por algo será.
Las complicaciones diabéticas—problemas renales, neuropatía, envejecimiento prematuro de la piel—ocurren por patrones repetidos, no por deslices ocasionales. La inflamación crónica no aparece de la noche a la mañana.
Reconoce la diferencia entre azúcares naturales y añadidos. Una manzana no es lo mismo que un refresco. Ni remotamente. La fructosa natural viene con fibra y nutrientes. El azúcar añadido viene solo con problemas. Recuerda que la fruta fresca entera contiene fibra y antioxidantes que ralentizan la absorción del azúcar y aportan beneficios adicionales para la salud. Ten en cuenta que una lata de refresco de 12 onzas contiene aproximadamente 10 cucharaditas de azúcar, muy por encima de la ingesta diaria recomendada.
Para la próxima, mantén un registro de carbohidratos. Limita las bebidas azucaradas. Consulta a tu médico sobre edulcorantes artificiales.
Y recuerda: un desliz no define tu manejo de la diabetes. Es el patrón general lo que importa. Mañana es otro día. Un día con menos azúcar, esperemos.
