Mientras la mayoría de la gente está obsesionada con la vitamina D o C, la vitamina K2 trabaja silenciosamente haciendo maravillas para tu cuerpo. No es solo otra vitamina—es una potencia para la salud cardíaca y ósea que no recibe suficiente atención. A diferencia de su prima K1, la vitamina K2 permanece más tiempo en tu cuerpo y trabaja más duro. La K2 trabaja con otros nutrientes para ayudar a mantener la regulación de la presión arterial. Los científicos apenas han comenzado a descubrir estas cosas recientemente. En serio, hemos estado a oscuras sobre la K2 durante demasiado tiempo.
Vitamina K2: el héroe nutritivo no reconocido que trabaja entre bastidores mientras tú te preocupas por las vitaminas equivocadas.
Tu cuerpo necesita K2 para la coagulación sanguínea. ¿Sin ella? Sangrarías como un cerdo por un corte de papel. Pero eso es solo el principio. También es esencial para huesos saludables, activando proteínas que fijan el calcio donde corresponde—en tu esqueleto, no en tus arterias. Así es—la K2 ayuda a prevenir enfermedades cardíacas manteniendo el calcio fuera de lugares donde no debería estar. Los estudios indican que aumentar tu ingesta en solo 10 microgramos diarios puede reducir tu riesgo de morir por enfermedad cardíaca en aproximadamente 9%. Incluso combate ciertos cánceres, particularmente el cáncer de próstata y de hígado. Para las personas mayores preocupadas por los huesos frágiles, la K2 es prácticamente un trabajador milagroso.
¿Quieres obtener más K2? El natto es tu mejor opción. ¿Nunca has oído hablar de él? Son frijoles de soya fermentados de Japón que huelen como calcetines de gimnasio pero contienen 150 microgramos por cucharada. ¿No te sientes tan aventurero? Bien. Toma algo de queso fino en su lugar—el Munster, Camembert y Edam son buenas fuentes. Los órganos de animales como el hígado de res contienen alrededor de 11 microgramos por 100 gramos. El pollo tiene unos 10 microgramos. No está mal.
Los alimentos fermentados generalmente contienen K2. Piensa en chucrut, col rizada fermentada y ciertos yogures. Incluso la mantequilla tiene un poco—cerca de 2.1 microgramos por cucharada. Mejor que nada, ¿verdad?
No hay una recomendación diaria oficial, pero los expertos sugieren entre 10 y 45 microgramos. ¿No puedes tolerar el natto o el hígado? Existen suplementos. Como sea. Solo asegúrate de tomarlos con algo de grasa ya que la K2 es liposoluble. Tu cuerpo no puede absorberla de otra manera.
Un concepto bastante simple, en realidad. Come los alimentos correctos, fortalece tus huesos, protege tu corazón. A la K2 no le importa si la notas—seguirá trabajando de todos modos.