Aunque muchas personas ven los aguacates como simplemente un aderezo de moda para el pan tostado, investigaciones recientes sugieren que podrían ser mucho más. Un análisis exhaustivo de más de 25,000 adultos mexicanos revela una sorprendente conexión entre el consumo diario de aguacate y el riesgo de diabetes, pero solo en mujeres.
Los números no mienten. Las mujeres que comen aguacates regularmente mostraron un riesgo de diabetes 20-29% menor en comparación con las que no lo hacen. ¿Los hombres? Sin beneficio. Cero. Nada. Los científicos se rascan la cabeza ante esta brecha de género. Podría ser el tabaquismo: el 38% de los participantes masculinos eran fumadores. O tal vez sea algo completamente diferente.
Casi la mitad de los adultos mexicanos comen aguacates diariamente, promediando unos 30-38 gramos. No es mucho. Solo unas rodajas en tu pan tostado de la mañana. Pero aparentemente, es suficiente para hacer una diferencia.
¿Cuál es el gran asunto con los aguacates? Están llenos de fibra. Tienen grasas saludables. Cero azúcar. Índice glucémico bajo. Además de vitaminas C, E, K y potasio. Básicamente, son potencias nutricionales que pueden ayudar a controlar el azúcar en sangre y mantenerte saciado. Incorporar alimentos ricos en fibra como los aguacates ayuda a ralentizar la digestión y estabilizar el azúcar en sangre naturalmente.
El estudio no fue perfecto. Las personas informaron sus propias dietas, lo que no siempre es preciso. «Sí, definitivamente comí exactamente tres rodajas de aguacate ayer». Claro que sí.
Nota interesante: los consumidores de aguacate tendían a ser más ricos y tener mejores dietas en general. Esta conexión tiene sentido considerando que el estudio encontró que los consumidores de aguacates generalmente tenían un nivel socioeconómico y educativo más alto. El privilegio aparece en todas partes, incluso en el consumo de frutas.
Entonces, ¿debería todo el mundo empezar a atiborrarse de guacamole? Bueno, para las mujeres mexicanas, agregar algo de aguacate a su rutina diaria podría ser inteligente. La investigación se basa en tres años de datos de encuestas nacionales de salud de México, lo que la hace bastante exhaustiva. Úntalo en pan tostado. Agrégalo a una ensalada. Mézclalo en un batido. Lo que funcione.
La investigación continúa, pero una cosa está clara: esa cremosa fruta verde no es solo para cafés hipsters. Podría ser una forma simple y sabrosa para que las mujeres reduzcan su riesgo de diabetes. Los hombres tendrán que encontrar su propia fruta mágica.